Cambiar de país siempre será una experiencia maravillosa y de cierta manera aterradora. Es dejar atrás lo conocido, la familia, tal vez un trabajo estable, los amigos, la comida que te gusta, tus costumbres, tu idioma, eso que los expertos llaman salir de la zona de confort, aunque muchas veces no nos sintamos tan cómodos ahí.
Pero por otro lado están los sueños de una vida mejor, de un país más seguro, con más oportunidades, nuevas experiencias. Así que después de muchos íres y veníres decides emigrar, y llegas a este nuevo país con la maleta llena de ilusiones y con todos tus ahorros o el dinero que lograste conseguir después de vender lo que tenías.
Los primeros días están llenos de sorpresas maravillosas, el orden en las calles, la gente tan amable, la ciudad tan bonita, todo es nuevo y cada cosa que haces o que vives es una experiencia única e inigualable, pero van pasando los días, y tienes que empezar a entender las nuevas reglas del juego.
Generalmente llegamos donde alguien conocido o un lugar transitorio mientras te acomodas, pero son unos pocos días, algunos más suertudos ya llegan con una casa, un apto, o un cuarto donde van a pasar al menos ese primer año y de nuevo te enfrentas a muchas cosas desconocidas, tienes que inscribirte en los servicios públicos, agua luz y gas, si estas en una casa o apto, empiezas a gastar en dólares, para comprar el mercado, las cosas básicas que necesitas para vivir, algunas veces hay que comprar un carro para movilizarse o si no, empezar a entender el trasporte público, todo es nuevo, todo es diferente, casi nada se hace como se hacía en nuestros países, y eso es tan bueno, como tan raro, porque tienes que acostumbrarte a vivir de otra manera.
Dependiendo tu edad, unas cosas las recibes mejor que otras, te acomodas más fácil o no. Entonces empiezas a estudiar o empiezas a conseguir trabajo, y comienza también la carrera por superar ese primer año. Muchos de los que han llegado siempre hablan de ese primer año, lleno de experiencias nuevas y de retos, de ganas de devolverse y se preguntan ¿por qué estoy aquí? ¿Porque me vine y que fue lo que me trajo aquí?
Recuerdo especialmente ese momento, donde se bloquearon mis cuentas en Colombia y no me pude pasar dinero y aquí no tenia nada en mi cuenta, así que tuve que reunir todas las monedas que tenía en la casa para poder comprar algo de comida para pasar el fin de semana mientras solucionaba el tema de los bancos en Colombia, fue tan aterrador, como emocionante. Y así les puedo contar muchas historias mías y de amigos que han logrado superar ese primer año en un país nuevo, como los amigos que no comían sino pollo, porque al comienzo el dinero no les daba para comprar carne que es mucho más cara, o los que habían estudiado inglés en su país y cuando llegaron aquí no entendían nada, o los que les toco hacer trabajos de supervivencia, como se conductor de Uber o meseros o limpiar baños.
Pero la buena noticia es que para todos no es igual, para unos es más fácil que para otros, pero de todas formas ese primer año siempre será para recordar, porque es el que te pone a prueba a ver si vas a ser capaz, a ver si vas a resistir, pero una vez lo pasas, todo cambia como por arte de magia, pero ojo, no es que al día siguiente de cumplir los 365 días todo se cambió, cambia y en menos de lo que te imaginas. Ya conoces más el movimiento de la ciudad donde llegaste, ya tienes amigos locales y se te abren más oportunidades, ya entiendes más como funciona todo y la plata empieza a rendir, porque ya conseguiste un trabajo o mejoraste de trabajo, ya te puedes comunicar mejor y tu oído se acostumbra más a otro idioma, ya descubriste que aquí también se consigue comida de tu tierra y ya empiezas a querer y descubrir nuevos platos que te empiezan a gustar de este nuevo país, algunos familiares ya están planeando venir o ya te visitan, ya pasaste tu primer invierno o lo estas pasando y te das cuenta que no es tan difícil como mucha gente te decía.
Y ya ves todo de otro color, con otra mirada, ya te sientes un poco más de aquí, ya das consejos a los recién llegados, te sientes como un pionero, como una conquistadora, pasaste la prueba, lo que viene ya es terreno plano o en bajada como dirían los ciclista, ya coronaste el premio de montaña y poco a poco va pasando el tiempo y te vas afianzando y descubres porque muchos se quieren quedar a vivir aquí, descubres los más bellos paisajes que nunca te habías imaginado, encuentras la gente más amable que jamás soñaste conocer, empiezas a disfrutar de la decisión que tomaste, miras hacia atrás y todo parece tan lejano y piensas que no fue tan difícil como lo sentiste en ese momento y ya estas listo o lista para el siguiente paso. Ya nada te detiene, superaste la prueba, ya sabes que nada es tan difícil como nuestra mente nos los hacia ver, y te das cuenta de que la vida es un ratico y que hay que aprovecharla y disfrutarla.
Así que no tengas miedo de tomar la decisión de cambiar de país y si tienes miedo aun así, hay que hacerlo. Porque las oportunidades son para aprovecharlas en el momento y si tu corazón te dice que este es el momento de cambiar de vida, hazlo! El corazón y la intuición siempre tienen la razón y por algo te lo dicen.
Yo llegue gracias a Edooconnect a Canadá y hoy después de un año y nueve meses siento que estoy empezando a cumplir mis metas y mis sueños y cada día siento más amor por este país que nos recibió a mi esposa y a mí con los brazos abiertos.
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Escrito por: Diego Tamayo